PREPARA TU MARATÓN (FINANCIERO)

“Hay que cambiar la forma de gestionar el patrimonio para rentabilizar los ahorros”

PREPARA TU MARATÓN FINANCIERO

Emil Zátopek, ganador de la maratón de Helsinki en 1952, definió perfectamente lo que supone correr los 42 kilómetros de esta especialidad: ‘Si quieres correr, corre una milla. Si quieres experimentar una vida diferente corre una maratón’. 

Y es que, disputar una maratón supone un esfuerzo extraordinario para el cuerpo y la mente, y requiere de un entrenamiento específico si queremos lograr nuestro objetivo: cruzar la línea de meta.

la foto Tras la maratón de NY, un gran reto personal, que no olvidaremos.

Para ello, hay que conocer y estudiar las carencias y limitaciones de las que dispone cada uno y pulirlas a base de entrenamiento diario, para lograr una mayor fuerza y resistencia de cara a la prueba, y conseguir llegar a la meta en las mejores condiciones físicas posibles.

En este caso, contar con la ayuda de un entrenador personal es de gran utilidad: disponer de un profesional cualificado que conoce de primera mano la metodología y la técnica necesarias para sacar el mayor rendimiento posible de nuestro potencial, que nos enseña a emplear y gestionar nuestra energía, que nos aconseja y resuelve nuestras dudas y, sobre todo, que nos anima y nos da la confianza necesaria para creer en nosotros mismos, puede ser fundamental para alcanzar nuestro objetivo.

También es indispensable conocer el recorrido al que nos enfrentamos. Saber cuáles son los tramos más difíciles para concentrar nuestras fuerzas y poder superarlos o saber dónde están las bajadas para animar un poco más el ritmo. Conocer el terreno por el que nos movemos nos ayuda a evitar sorpresas e imprevistos.

A modo de símil, se puede decir que la planificación financiera es como una carrera de fondo, en la que tu Planificador Financiero Personal te ayuda cada día a día para alcanzar tus objetivos a largo plazo. Analizar el terreno en el que nos vamos a mover, el horizonte temporal que tenemos para llegar a nuestras metas, y mejorarlas  nos permitirá maximizar los resultados y mantener las inversiones en el umbral de seguridad que requieren, teniendo en cuenta las diferentes necesidades financieras presentes en cada una de las etapas de nuestro “gran maratón”.

El idealDe una planificación adecuada dependerá que en un futuro se alcance el nivel de ingresos deseado y no se dependa de terceros para vivir dignamente. Hay que hacer un trabajo técnico primero y después elegir los productos financieros adecuados y la estrategia a seguir.

Cada día son más las familias conscientes de la necesidad de ahorrar, debido sobre todo a la incertidumbre laboral y al problema de las pensiones futuras. A ninguno nos gustaría quedarnos sin trabajo y no tener un colchón de seguridad, o llegar a la jubilación y tener que depender de nuestros hijos para vivir dignamente. También somos conscientes de que los tipos de interés se mantendrán bajos durante bastante tiempo y si queremos rentabilizar nuestros ahorros hemos de realizar cambios en la forma de gestionar nuestro patrimonio personal.

Por ello debemos aprender a reconocer las oportunidades de inverión que se nos presentan para maximizar nuestros ahorros: Ahora mismo la economía mundial está creciendo, las valoraciones a largo plazo de la renta variable son más atractivas que las de la renta fija y el momento de mercado es favorable. Es el momento en el que un inversor con visión de largo plazo debe aprovechar para comprar y  de este  modo  cuando vengan las subidas (que llegarán) estar en una posición de precios medios de compra mejores que aquellos que no vieron la oportunidad.

Lo óptimo sería invertir por objetivos, diversificar utilizando sobre todo fondos de inversión y elegir los productos financieros más adecuados fiscalmente, apoyándote siempre en los consejos de tu planificador financiero personal.

 Dositeo Amoedo

 Los puntos de vista y las opiniones expresadas de forma totalmente gratuita en este blog/web son personales y no corresponden necesariamente ni a las de la empresa con la que colaboro o he colaborado, ni a las de las personas con las que colaboro ni a las de mis colegas de profesión. En ningún caso constituyen un asesoramiento.

 

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