En Italia ha habido una larga experiencia de reuniones de educación financiera de calidad con los ciudadanos. En el 100% de los casos, las familias que tenían hijos se han construido una meta que tenía como objetivo invertir recursos económicos que fueran suficientes para llevar al hijo hasta el final de la universidad.
El mundo del trabajo es cada vez más complejo y competitivo y requiere una preparación escolar adecuada. Y España ocupa el 6º lugar entre los países europeos más caros para estudiar en Europa (Imagen 1). Por ello, cuando un educador financiero de calidad se encuentra con una familia con hijos, es capaz de estimar cuánto cuesta que sus hijos estudien a través de conocimientos y herramientas que le permiten estimar los costos anuales en base a diferentes variables.
Gasto medio por estudiante (Fuente: INE – 2021)
- Matrícula y Clases lectivas: 65%
- Actividades extraescolares: 8%
- Otros complementos: 7%
- Servicio de Comedor 10%
- Clases de apoyo 6%
- Otros de enseñanza reglada 3%
La Tabla 1 muestra la distribución promedio entre las partidas de gasto de un estudiante, pero ¿todos los estudiantes tienen el mismo comportamiento? Por ejemplo, las universidades no son todas iguales y el coste de vida de un estudiante universitario no es idéntico en todas las regiones españolas. Un estudiante de Andalucía puede tener diferentes estructuras de costes que un estudiante de Cataluña (hasta el doble del coste).
¿Cómo ahorrar para alcanzar tus objetivos?
La elección de la universidad puede estar condicionada por los costes, por ejemplo, una licenciatura en arquitectura, en una universidad pública parte de 1.344€ al año mientras que en una universidad privada llega a los 14.000€ al año. Y de nuevo, una licenciatura en psicología puede alcanzar unos costes anuales desde los 1.250€ en la pública hasta los 11.000€ anuales en la privada. ¿Y la ruta más cara? En España, de media, el primer año del curso de medicina tiene un coste medio en un centro privado de 16.894€ al año.
Todos estos números son útiles para permitir que las familias reserven y finalicen adecuadamente sus ahorros para metas importantes en la vida. Este tipo de actitud produce grandes resultados en términos psicológicos (mayor confianza en la consecución de las metas de la vida) pero también y sobre todo en términos de mayor riqueza final. Algunas investigaciones miden este mayor incremento por encima del 20%, por el mero hecho de haberse marcado metas de vida y por ende de inversión.
Por poner un ejemplo concreto, si mi objetivo fuera querer pagar la Universidad de un hijo en 19 años, igual a un coste de 25.000€, tendría que apartar 24€ a la semana, mientras que si invirtiera los ahorros en un Perfil de riesgo medio, pidiendo ayuda a los mercados financieros, debería ahorrar más de un 33% menos, es decir unos 16€ a la semana (Fuente: Progetica).
Por supuesto, el educador financiero de calidad sabe muy bien que estos argumentos son un punto de partida para comenzar a planificar el plan de vida de la familia. Y los usuarios que comprenden la utilidad de este método de gestionar los aspectos económicos, financieros y de seguros de su vida participan activamente y tienen más probabilidades de alcanzar sus objetivos de vida.