La importancia de seleccionar bien el plan de pensiones crece a medida que lo hace el riesgo del producto en sí. En renta variable la diferencia entre haber seleccionado el mejor y el peor producto es de 21.600 euros para una inversión de tan solo 8.000 euros
Dejarse llevar por bonificaciones de hasta el 4 por ciento de lo que uno invierta en un plan de pensiones puede resultar de lo más tentador. Las entidades financieras lo saben y de ahí que, coincidiendo con el final del año y, por tanto, con la época en la que los españoles ajustan cuentas para no recibir palos de Hacienda en el próximo ejercicio, lancen campañas para captar dinero para sus planes de pensiones. Y consiguen su objetivo ya que, según Inverco, el 51 por ciento de las suscripciones que se realizan a estos productos finalistas se hacen en el último trimestre del año.
Sin embargo, a estos productos de ahorro a largo plazo, no conviene valorarlos en función del regalo de turno, ya que si éste va asociado a la contratación de un producto que haya demostrado una pobre calidad a lo largo del tiempo, el premio puede salir muy, pero que muy caro. «Es importante que el inversor por sí mismo o mejor, con la ayuda de un buen asesor financiero, analice la oferta existente de planes, estudie la política de inversiones de los productos, sus estilos de gestión y la consistencia de rendimientos y los riesgos asumidos», explica José María Luna, director de análisis de Arquia Profim Banca Privada.
Al fin y al cabo, dentro de la misma categoría de riesgo, las diferencias entre los mejores y peores planes de pensiones son abruptas, y más cuando se analiza su impacto a largo plazo. La divergencia crece, además, a medida que lo hace el riesgo que asume el partícipe, ya que mientras que quien invirtiera 8.000 euros (máximo anual permitido hoy) hace 10 años en el que ha sido el mejor plan de pensiones (ING Naranja S&P500) tendría hoy 27.136, euros ya que la rentabilidad anualizada de este producto ha sido del 12 por ciento en la última década. Y eso aunque no hubiera invertido ni un euro más que esos 8.000 euros iniciales en la última década.
Por el contrario, si el plan elegido hubiera sido el que ha resultado el menos rentable en ese periodo, Caser Renta Variable España, habría visto como esa inversión de 8.000 euros valdría hoy 5.496 euros, ya que el plan de pensiones acumula una pérdida anualizada del 3,4 por ciento, según Morningstar.
Estas diferencias van menguando, pero no desapariciendo, a medida que se reduce el riesgo de la inversión. Por ejemplo, la distancia entre el mejor y el peor plan de pensiones mixtos, para una inversión de 8.000 euros, está en 11.051 euros y la que se ve entre el mejor peor plan de pensiones de renta fija se sitúa en los 5.871 euros (ver gráfico).
Mirar más allá de la rentabilidad
Aunque la rentabilidad es uno de los criterios que los expertos piden analizar a la hora de contratar un plan de pensiones, no es lo único en lo que el inversor debe fijarse, sobre todo si se tiene en cuenta esa frase que se repite en todos los folletos de productos de inversión de que «rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras».
La diferencia media de la comisión de los mayores planes de pensiones por volumen respecto a la comisión máxima permitida es tan solo del 8 por ciento, mientras que en ING es del 26 por ciento
Otro de los aspectos a analizar es el tema de las comisiones, ya que una alta comisión unida a un pobre rendimiento es la peor combinación que puede tener ya no solo el plan de pensiones, sino cualquier producto financiero. «Es importante leer la letra pequeña de cualquier producto que vayamos a contratar. Saber cuánto nos cuesta y el impacto que pueda tener en nuestro capital futuro puede ser un aspecto que marque la diferencia en la toma de decisiones.
De hecho, la diferencia media de la comisión de los mayores planes de pensiones por volumen respecto a la comisión máxima permitida es tan solo del 8 por ciento, mientras que en ING es del 26 por ciento», afirma Gloria Siso, Responsable de ahorro e inversión de ING, gestora que cuenta con el plan de pensiones más rentable del mercado.
A veces sapos, a veces príncipes
Pero quizá lo más importante sea que el plan de pensiones se adecúe al perfil del riesgo de cada inversor en el que debe tener un cierto impacto la edad en la que se contrata el producto. «Es fundamental que el mismo se adapte al perfil de riesgo del ahorrador, al entorno económico y financiero de cada momento y, por supuesto, al periodo de tiempo que le queda al inversor para alcanzar su jubilación», afirma Luna.
A este respecto, hay que tener en cuenta que el momentum actual dista mucho de parecerse al de hace diez años, con los bancos centrales inyectando una liquidez al sistema de la que han acabado beneficiándose más los activos financiero que la economía real. Ahora,el drenaje de esa liquidez que están llevando a cabo los bancos centrales implica una volatilidad de los mercados y unas expectativas de rentabilidad no tan boyantes como las que hemos visto en el pasado. De hecho, a cinco años vista el mercado que presenta las peores perspectivas es, según BlackRock, el que históricamente ha sido el mejor para preservar patrimonio: la renta fija gubernamental, de la que se esperan caídas anuales del 0,9 por ciento.