La Semana de la Economía Familiar se puso en marcha en 2020 con la intención precisa de llenar lo que a nosotros, en ProfessioneFinanza, nos parecía un vacío: la falta de conciencia económica y financiera, especialmente en Italia.
La urgencia de abordar la cuestión se ha visto acentuada por el estallido de la pandemia: la incertidumbre general que acompañó a los primeros meses del año pasado se ha convertido para muchos en una búsqueda de protección y seguridad. La complejidad de los tiempos que vivimos parece llevarnos en dirección contraria y dejar el campo abierto a temores y dudas legítimas, pero que alimentan un sentimiento general de desconfianza, en la política y sus instituciones, en la economía y en los principales actores de su gestión.
Por eso se creó la Semana de Economía Familiar: para aportar claridad, desintermediando cuestiones a veces complejas que influyen en nuestras vidas, en el presente y sobre todo en el futuro. Por ello, es conveniente conocerlas a fondo para tener el mayor número de herramientas posibles para tomar las mejores decisiones para nosotros y nuestros seres queridos.
Es necesario que poner en comunicación a los que «hacen» la economía y a los que la «sufren» para que este desequilibrio percibido y real, cambie y evolucione hacia una interacción positiva entre los ciudadanos y los responsables políticos. Conocer primero y comprender después son pasos fundamentales para definir la percepción de uno mismo en el mundo.
Y precisamente porque vivimos en un mundo cada vez más conectado, sentimos la necesidad de hacer internacional la Semana de la Economía Familiar, implicando a las organizaciones que se ocupan de la educación financiera en Europa y en todo el mundo. Australia, Finlandia, Japón, Grecia y España son los socios que acompañarán en la historia de la energía de una nueva economía: las personas, el planeta y la innovación serán los protagonistas de nuestro evento.
